La ciudad de Kobane en Siria, la cual es habitada en su mayoría por kurdos, ha estado durante varias semanas bajo amenaza directa por el Estado Islámico (EI). Desde el comienzo de la ofensiva de EI, el 16 de septiembre del 2014, han muerto más de 550 personas, entre ellas 298 militantes del EI, 236 combatientes kurdos y alrededor de veinte civiles. Más de 12,000 civiles aún permanecen en algunos sectores de la ciudad de Kobane, mientras que la ofensiva de EI contra Kobane y sus aldeas vecinas a provocado el desplazamiento forzado de alrededor de 200,000 personas.
El periodista Pere Rusiñol reflexiona sobre la crisis del periodismo en el "Fòrum de Debats de la Universitat de València"
¿Qué coyuntura vive hoy la prensa en el estado español? “Catastrófica”, zanja un periodista de fino análisis y largo recorrido, Pere Rusiñol, quien tras muchos años en El País y pasar por Público, actualmente simultanea trabajos en eldiario.es, “Alternativas Económicas” y la publicación satírica Mongolia. “En los últimos cuatro o cinco años se ha hundido, y de manera irreversible, el modelo según el cual los medios proporcionaban información para que los ciudadanos tomaran decisiones”. No se trata de idealizar el pasado, pero “creo que lo mejor es que esto se hunda para construir otros modelos en que el periodismo sea posible”, ha aseverado en el Fòrum de Debats de la Universitat de València.
En los últimos años han confluido múltiples factores que explican la degradación mediática. Se le suelen achacar a Internet buena parte de los males, pero el problema no se limita a la influencia de la Red. De entrada, prácticamente todas las empresas periodísticas (prensa, radio y televisión) se hallan en quiebra. No generan ingresos, siquiera, para cubrir una décima parte de las deudas contraídas. Pero como estas empresas producen información, cuentan con capacidad para configurar la opinión pública y construir realidades, los bancos se han hecho con ellas para servir a sus intereses.
Ha muerto el inhumano Paul Aussaresses. Es muy posible que no hayan oído ese nombre nunca, y es muy posible que no supiesen de su existencia, aunque si han visto “La batalla de Argel” recordarán al militar que mandaba las torturas. Paul Aussaresses era el encargado de la represión del ejército francés en la guerra que llevó a cabo contra el pueblo argelino que luchaba por su independencia. Paul Aussaresses fue quien dio el nombre siniestro de “escuadrones de la muerte” a los grupos de asesinos que secuestraban, asaltaban y asesinaban a los militantes de la resistencia argelina; así sembraban el terror intentando contener el levantamiento popular. Usted sabe quién, cuándo, y dónde ha potenciado los llamados “escuadrones de la muerte”: se han repartido por todo el mundo antes y después de los golpes de estado financiados por el gobierno de Estados Unidos.
Ningún animal sufrió daños durante el rodaje (salvo los que murieron a golpes, ahogados o empalados)
Si eres de los que lloraban por los caballos de los westerns, este artículo confirmará tus peores sospechas.